Ruta Abadías en The Borders
- sobre-vivirljosdcasa
- 7 mar 2016
- 3 Min. de lectura
La zona de Escocia cercana a la frontera con Inglaterra se conoce como “The Borders”. Es una zona llena de historias de batallas y conquistas, y casi todos los pueblecitos de por allí tienen algo interesante que visitar. Hoy os proponemos una escapada para descubrir tres antiguas abadías que no os dejarán indiferentes: Melrose, Dryburgh y Jedburgh.
Las tres abadías están gestionadas por Historic Scotland, y la entrada para cada una cuesta £5.50. Nosotros visitamos las tres en un día el fin de semana de San Andrés, cuando se permite el acceso gratuito a casi todos los monumentos (St Andrew's day).
Melrose Abbey

Situado a una hora escasa en coche desde Edimburgo, Melrose es un pequeño pueblecito de menos de 2000 habitantes. La abadía fue construida en el siglo XII por orden del rey escocés David I. Dos siglos después, fue destruida en un ataque por parte de Eduardo II de Inglaterra, y reconstruida por orden de Robert the Bruce. Quemada de nuevo por Ricardo II de Inglaterra, reconstruida una vez más, y finalmente arrasada en el siglo XVI, también por el ejército inglés.
Como nota curiosa, el corazón de Robert the Bruce, el héroe nacional de la historia escocesa, está enterrado en esta abadía (el resto de su cuerpo descansa en la abadía de Dunfermline).
Datos históricos aparte, las ruinas están muy bien conservadas y mantenidas, y la visita vale la pena.
Dryburgh Abbey

Si vamos a Dryburgh desde Melrose, tenemos la posibilidad de hacer una parada por el camino para visitar la inmensa estatua de William Wallace que vigila los Scottish Borders desde lo alto. Para ello, tendremos que dejar el coche en un pequeño parking junto a la B6356, 1km antes de llegar al pueblo de Dryburgh (está indicado como William Wallace’s Statue). Desde el parking, un “paseo” de 5 minutos por un sendero nos llevará al pie de la enorme estatua, que está colocada con vistas al valle desde lo alto de la colina en la que nos encontramos. Las vistas desde allí son muy bonitas.
Después de este alto en el camino, retomamos ruta y llegamos a Dryburgh.

Al igual que en Melrose, la abadía de Dryburgh fue construida a orillas del río Tweed. Ésta es posiblemente la menos “impresionante” de las tres abadías en ruinas que vamos a visitar, e históricamente nunca llegó al esplendor de sus vecinas. Sin embargo, y precisamente por esto, es el enclave en que se respira más tranquilidad. Se trataba de un enclave de estudio y meditación, y eso es lo que transmite.
El poeta y novelista escocés Walter Scott, tremendamente querido y respetado en su tierra, está enterrado en esta abadía. Tratándose de un autor del romanticismo, no sorprende que escogiese un sitio así para descansar…
Jedburgh Abbey

Cogemos de nuevo el coche, y recorremos hacia el sur los 20km que separan Dryburgh de Jedburgh.
Este pueblo es con diferencia el más grande de los que visitamos hoy. Se encuentra a tan sólo 15km de la frontera con Inglaterra, y debido a su emplazamiento estratégico su historia está llena de visitas reales, y de escaramuzas entre ambos bandos.
La abadía de Jedburgh es simplemente impresionante. Con una historia de destrucción y reconstrucción muy similar a la de Melrose (y con los mismos protagonistas), lo que ha quedado para nosotros es como una enorme iglesia sin paredes ni techo, simplemente el esqueleto de un edificio religioso, con todas las columnas y sus arcos intactos (son la nave principal, el coro y los transeptos).
A nosotros nos parece que visitar las tres en un día se hace muy entretenido. Pero, si pensáis acortar la visita, !No os perdáis la abadía de Jedburgh!
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